Pienso y Existo

febrero 11, 2022

Un arco iris para la cena

Filed under: Pensamientos — Wilmar Perez @ 2:36 pm

– Se lo tengo con tesoro al final. O sin tesoro, como lo prefiera. Le recomiendo el primero si no tiene objetivos en la vida y quiere forjarse uno a partir de una leyenda. Le garantizo muchos momentos de alegría pero también largas etapas de trabajo para encontrarle. El otro, sin tesoro, se lo recomiendo si tiene alguien que le de una mano para apretar al final de la lluvia, en ese caso no necesitas buscar lo que ya tienes a tu lado.


Así explicaba Doña Cecilia cada vez que le preguntaba en el mercado cuantos productos tenía para vender ese día. Invariablemente tenía uno solo: arcoíris. Cada semana se le encontraba sentada en un taburete entre las frutas y las artesanías. Ella decía que todo aquel que hubiese tomado un jugo de curuba estaba listo para tener su propio arcoíris.


Los padres se los compraban a los niños como regalo para que jugaran durante las vacaciones. Se les veía a todos en el parque compitiendo por cual tenía el prisma más completo, cuál tenía los colores más vivos, cuál tenía un arco más grande. Todos se entrecruzaban, convirtiendo los días en explosiones de colores que salían de las sonrisas puras y soñadoras de criaturas a las cuales aún nadie, ni ellos mismos, les había roto su arcoíris.

– Doña Cecilia, por qué no toma usted los tesoros de esos arcoíris que vende y se evita el tener que venir a trabajar todos los domingos? – Le preguntaban aquellos que se querían pasar de listos.
Ellas los miraba con ojos que habían visto mas de lo que hubiesen querido. Opacos y cubiertos por las cataratas de tristeza que traen los años. Les decía:

– No te preocupes, ya llegará un día que descubras que las riquezas no son necesariamente antiguas copas de oro o doblones de plata rodeados de piedras preciosas.

– Entonces, qué son? – Le preguntaban inquisitivamente.

A lo cual ella contestaba: – Eso depende de tu arco iris. Hay personas que se empeñan en llegar a un cofre de monedas y nunca lo alcanzan, caminan y caminan y jamás ni disfrutan los colores. Hay otros que se atontan con los primeros destellos de luz y apenas dan dos o tres pasos sin descubrir nada más allá. La mayoría ni saben qué es lo que están buscando, cual es su tesoro. Por eso yo vendo un arcoíris para cada persona. De hecho, es probable que cada número de años descubras que aquel que tenías no sea el más adecuado para ti y tengas que venir a comprarme otro.

– Estará usted aquí para vendérmelo Doña Cecilia?

– Yo siempre estaré aquí sentada viendo la gente pasar porque mientras haya mundo habrá gente buscando un arcoíris para seguir, una ruta por la cual soñar, unos colores que saborear. Dime pues, cual quieres? Con o sin tesoro?

diciembre 7, 2020

El final del sendero

Filed under: Sin categoría — Wilmar Perez @ 11:42 pm

Lleva ya una eternidad mirando hacia el horizonte. Parado en el final del sendero, sólo ve el acantilado prolongado, lleno de filos cortantes y espeluznantes de grotescas formas y sombras que sólo se hacen más violentas al acercarse a las olas. En una lejanía infinita, casi imposible se ve la playa con sus granos infinitos de arena que prometen un lienzo único y nuevo para dejar nuevas y profundas huellas. Para llegar a la playa no hay otra opción que saltar y golpearse contra las rocas. Quizá fracturarse unos cuantos huesos del par de cientos que viene cargando hace ya tanto tiempo y que le parecen más pesados con el pasar de los días y de los pasos ya incontables. Quizá terminar, no seguir, nunca llegar a pisar la arena, no sentir el calor penetrante en las plantas de los pies de los millones de átomos de silicio juntos evitando que la tierra se trague otro cuerpo más.

Hacia atrás el sendero se lleno de peste y de mala hierba. Se ha perdido. Este es ahora intransitable. No hay retorno. Sólo las punzantes rocas adelante, el brío mar y el implacable viento helado que lo empuja cada segundo más cerca al abismo. Le grita en ambos oídos. Le enloquece. Le aturde y le taladra los pensamientos. – «Cállate viento, déjame en paz» Pero Eolo tiene pulmones enormes e inconmensurable paciencia.

Más de diez años atrás cuando comenzó a caminar, el sendero se le antojó peligroso e inhóspito pero interesante. Antes de pisar el camino se quitó las sandalias y sintió la hierba que aunque herida aún estaba fresca y generosa. Sólo de reojo les dio una última mirada a las otras sendas, recitó un poema de despedida y se despidió de ellas para siempre. Sin saber cuántas curvas habían adelante, se convenció a sí mismo que el sendero nunca iba a terminar, que no iba a tener final probable cómo todas aquellas maravillas cósmicas de tamaños y edades extravagantes que no caben en el portafolio limitado de la mente humana. Siguió caminando descalzo durante un tiempo pero había muchas espinas, rocas y cosas resbalosas e innombrables que nunca pudo distinguir a ciencia cierta. Decidido a continuar, calzo de nuevo sus legendarias sandalias y marchó con un poco más de cuidado.

A cada vuelta de roca, a cada recodo se encontró con sorpresas que lo maravillaron, lo alegraron o lo entristecieron. Todas ellas le alimentaron el espíritu. Cada día se sentía más unido al sendero. Cómo si se hubiesen funcionado en un solo y ya no distinguiera si la ocasional piedra era de la tierra o un producto de su fantástica imaginación. Se amalgamó con fuerza espiritual a este su hogar y lo adoró. Lo cuidaba, le cortaba las malezas, le espantaba las plagas, lo limpiaba y lo hacía más agradable. Su oficio no fue nunca el ser jardinero o capataz y a veces regó las flores a la hora indebida o corto los cogollos de nuevas frutas al pensar que éstas eran malas hierbas. Se equivocó pero aprendió a pesar del terrible silencio del sendero que se dejaba transitar pero no le avisaba de sus errores. Afligido a veces caía pero se volvía a levantar con aún más ganas de seguir subiendo las montañas, atravesando los campos y saltando los ríos que hacían todos partes de ese universo paralelo embebido de manera físicamente imposible dentro de su propio universo. Cómo amó todos los pasos, cómo abrazo con cariño cada recuerdo que quedaba de las brazas humeantes del día anterior. Brazas que a veces amenazaban con quedarse sin fuerza para darle calor en la fría noche pero con un cuidado casi paternal mantenía vivas.

Hasta el día que se cayeron las brasas a un abismo. El sendero se cerró abruptamente y sin advertencia. Llego a su final. Lo vomitó al frío martirio de tirarse en el abismo. Salieron espinas y el sendero, otrora su refugio, se convirtió en un horrible y desapacible meollo impenetrable. Se lleno de tristeza inconsolable, de dolor penetrante.

Parado al final de la ruta debe saltar. Debe soltar la última rama que lo mantiene en precario equilibrio. Deberá dejarse llevar por el viento y esperar que este le perdone su alma y le permita aterrizar adolorido, maltrecho, pero aún vivo en aquella lejana playa, donde al final, quizá, habrá otro sendero.

May 14, 2017

Si se calla el cantor

Filed under: Pensamientos,Realidad — Wilmar Perez @ 10:09 am

Eran las décadas de los  60s y 70s llenas de sueños de revolución, llena de ideas utópicas impulsadas por el triunfo de una revolución que se contemplaba más cercana al imaginario de la igualdad social que lo que vivía la mayoría de los países latinoamericanos donde predominaban las dictaduras y los gobiernos de derecha patrocinados por la Doctrina de la Seguridad Nacional y la Escuela de las Américas; financiados por el dinero de la guerra fría, tolerados por los intereses ideológicos que pululaban en aquellas épocas y que parecía que habían muerto con el avenir de un nuevo siglo. Fue en aquellos años que el argentino Horacio Guarany nos decía que teníamos que escuchar al cantor que nos hablaba de la vida, no podemos acallarlo porque de lo contrario tenemos que escuchar la historia acartonada y amañada de las versiones oficiales.

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May 7, 2017

Entre denuncia y denuncia el silencio persiste

Filed under: Pensamientos,Realidad — Wilmar Perez @ 9:24 am

Hace algunos años atravesando el Desierto de Carrizal un poco antes de llegar al Cabo de la Vela en la Guajira colombiana pensaba en la soledad que se debe sentir al estar perdido en un sitio donde sin importar la dirección para la que se mire todo parece igual, para el viajero casual las direcciones se pierden y sólo se ve en las lejanías unos arbustos que parecen estar asándose entre el calor abrazador de la interminable planicie. Sólo los nativos acertaban a orientarse, sabían cómo defenderse de las armas de ese inhóspito lugar, sabían cubrirse y finalmente salir ilesos ellos y sus invitados para llegar a esa maravilla que es el mar guajiro con sus portentosas puestas de sol.

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May 1, 2016

En tu cumpleaños

Filed under: Azul — Wilmar Perez @ 2:44 pm

La verdad no recuerdo ya hace cuantos años te conozco. Debe ser hace mucho tiempo que te tengo en mi mente porque por más que vaya hacia atrás no puedo recordar ningún momento de mi vida en la que no hayas estado conmigo, allí estabas a pesar del cansancio que se reflejaba en tus ojos, en tu rostro. Tú eres esa presencia a la que me acostumbre, la que doy por sentado, la que no me puede faltar. Me hubiera gustado saber mucho más de ti: cuales eran tus sueños y cuales eran tus miedos, de qué te sentías orgullosa o avergonzada, qué preferías comer o qué sitio te hubiera gustado visitar. Nunca tuvimos tiempo de conversar, nunca supe de tu juventud o de tu niñez. Me hubiera gustado saber si estuviste enamorada, si alguien se enamoró de ti, si fuiste feliz en algún momento de tu vida. Yo te vi reír y llorar y aun cuando reías pienso que nunca supe si tuviste en tus manos la felicidad; la infelicidad sé muy bien que si la tuviste.

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abril 27, 2013

La muerte de un navegante

Filed under: Pensamientos — Wilmar Perez @ 7:49 pm

Allí parado en el punto más alto del mástil, Adofenes se dio cuenta que estaba cerca el final. Quizá era esa extraña manera en la que las aguas se balanceaban lejos en el horizonte o quizá era la sospechosa ausencia de nubes a medida que iban cabalgando las insondables aguas del Mar de las Memorias, como, particularmente, siempre había sido conocido ese gran pedazo de océano que a pesar de las nuevas cartas de navegación y los opulentos sextantes, aun se antojaba misterioso, críptico y sospechoso.

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diciembre 26, 2012

Tensions to challenge the three-world order

Filed under: Pensamientos — Wilmar Perez @ 5:19 pm
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The Second World War shaped the global political order of the second half of the XX century. Owing to the balance of powers that led to the defeat of the Japanese and the Germans, the World was led to a polarization of two main blocks: the capitalists and the communists. However, even though that was the intended reordering wanted by the two main superpowers: the United States and the Soviet Union; there was a further fractioning with sometimes subtle cracks but sometimes with deep divisions inside each particular fraction (Tignor, et al., 2011, p. 779). For the leading powers, the need to maintain their dominant position was the common trail that led to the tacit organization of the world into three blocks: the First World let by the United States under the capitalism doctrine; the Second World directed by the Soviet Union and their communism agenda and, finally, the Third World composed by African, Asian and Latin American countries; the latter being pull by the First and Second world to join their vision and political agenda in the new ordering of the world. The balance of global wealth and power was maintained for several decades, however different events exposed vulnerabilities not only inside them but also in the framework that hold together the doctrine of world dominance by a narrow set of policies (Wikipedia, 2012). (more…)

diciembre 9, 2012

Sources and responses to imperial expansion around the world from 1860 to 1914

Filed under: Realidad — Wilmar Perez @ 5:10 pm
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The nineteenth century was characterized for the consolidation and expansion of dominant empires around the world: European powers granted themselves possession over the African and Middle East territories; the United States took over the American territory and seized control over some former Spanish colonies on the Caribbean and South Asia; Japan, Russia and China took control over the Asian landscape. These movements and shifting of powers had strong consequences not only in the geopolitical and economic shape of the globe but it also deeply affected the life of millions of people that were being ruled by new regimes and had to forcibly adapt to new realities according to the struggle of foreign powers .

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noviembre 24, 2012

The Industrial Revolution and its role in the development of Global Commerce

Filed under: Pensamientos — Wilmar Perez @ 11:07 am
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It is nowadays just normal to shop fruits from South America, sweets from Europe and tea from china at the local supermarket in a Thursday’s evening rush. It is taken for granted, especially in rich societies, that those goods are always available. People even get picky about them and browse around for different qualities, a wider choice of origins or, simply, price. However, the easy access to world goods and merchandise was not always the case. One might believe that distances and transportation were the main factors in the previous unavailability of large supplies of foreign products; and indeed it played an important role, however world wide availability of merchandise was triggered by several key factors that together created the “ecosystem” of global trade in use today.

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noviembre 4, 2012

The Enlightenment and the boundaries of vision

Filed under: Pensamientos — Wilmar Perez @ 11:06 pm
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The Enlightenment was a cultural movement that first appeared in Europe in the XVIII century as a consequence of several factors but mainly because of the eagerness of the European literate middle class to reason for themselves  (Wikipedia, 2012). After a century of crisis people started to look for alternative ways of thinking and alternative ways of development that, also, encompassed the expansion of literacy and the decline of religious prosecution (Tignor, et al., 2011, p. 542). The raising of the Enlightenment was, in part, possible because of the possibility given by the new tea and coffee houses as places to gather and discuss about the problems of the time (Tignor, et al., 2011, p. 542). It can be said that this cultural flowering was truly a product of its time.

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